jueves, 29 de julio de 2010

Comienza el camino

Qué espera aprender aquí?
¿Qué dudas espera aclarar?
¿Cuáles son sus percepciones iniciales sobre el tema del curso?
¿Qué dificultades prevé en su participación en el curso? (si alguna)

Justo cuando estaba aprendiendo a participar en los foros cerrados de mis cursos, aparece un blog, que me invita a participar y a reflexionar sobre aquellos asuntos que por estos días ocupan gran parte de mi pensamiento y es que el asunto de la incorporación de las Tic a la planeación y al desarrollo de las clases, es una cuestión que implica habilidad, práctica, reflexión, conocimiento, intencionalidades muy claras y capacidad para aventurarse a abrir tanto las clases como los recursos y la actividad lo amerite, es precisamente una de mis metas, llegar a implementar las Tic en mis clases con la mayor naturalidad, así como lo hago cuando les digo a mis estudiante: “Saquen su libro de cuentos latinoamericanos, que vamos a comenzar…”

Otro asunto que quiero compartir es que para inscribirme y suscribirme en el curso en DocTic, tuve que acudir al tutorial del profesor Diego, y en este reconocí la importancia y la necesidad de seguir unas buenas instrucciones como estas, hacer paso a paso con mucha paciencia, una cantidad de detalles para llegar al punto indicado, mi reflexión entonces apunta a exaltar la importancia, el cuidado y la función pedagógica que tiene la instrucción dentro del proceso formativo, ya que siempre como profesores estamos dando instrucciones a nuestros estudiantes; diciendo qué se hace, cómo y cuándo, limitando muchas veces las posibilidades de exploración que ellos tienen, o en el peor de los casos dando instrucciones incompletas, erróneas o sin sentido, que los estudiantes siguen sin saber el objetivo que están persiguiendo. A propósito de este tema, quiero entonces compartir algo de literatura nos ofrecen una clara muestra de cómo se brindan instrucciones y en qué términos.

Instrucciones para llorar. Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Julio Cortázar, Instrucciones para llorar, de historias de cronopios y de famas

Retomando las preguntas, puedo intuir que una de las dificultades que se presentarán en el curso, es la cantidad de información que se pone a disposición por los participantes y no sé si alcance a leer y a comprender tal avalancha de información, pero prometo que lo voy a intentar y a realizar mi mayor esfuerzo.